
Mientras escuchaba sus reflexiones sobre « La bohemia », no pude evitar sentir la necesidad de ofrecer una perspectiva diferente, aunque quizás no tan distinta. Al final, cada uno de nosotros guarda en su corazón una interpretación única de lo que significa vivir en esa época. En mi memoria, las noches de francachela se entrelazan con risas compartidas, veladas llenas de complicidad, amores fugaces y melodías que flotan en el aire, como el suave murmullo de una guitarra o el delicado toque de un piano. Esas horas interminables, donde el amanecer se convierte en un testigo silencioso de nuestra alegría, nos permiten olvidar las sombras que a veces nos acechan, transformando cada desvelo en un canto a la vida.
Mi concepción de esos tiempos se asemeja más a la melancólica poesía que Charles Aznavour evocada en la canción y que es preciso se llama “La bohemia”. Hay un ritmo romántico en su música que resuena con el dolor de las despedidas y la búsqueda constante de un cigarrillo en la penumbra de la noche. « ¿Podrías ofrecerme un cigarrillo? », esa frase se convierte en un eco de recuerdos, un susurro que se pierde en el aire. Quizás usted ya no lo recuerde, o tal vez el tiempo ha borrado esos instantes de su memoria, pero no se preocupe, yo me encargaré de revivir esos momentos por usted, cuando se vive la esencia de lo que fue su bohemia de Madrid no se olvida. Enrique Gomez Carrillo ya había contado en el libro tercero de “La miseria de Madrid” la bohemia de los sudakas.
Pienso que su bohemia esta mas cercana a la Charles Aznavour a la que usted cuenta en esta entrevista. Pienso que su bohemia esta mas cercana a la de Manuel José Arce a esta que usted cuenta en esta entrevista. Usted ya no se recuerda porque ahora no puede recordar pero yo lo haré por usted. Nosotros nos conocimos en casa de Manuel, Pablo no había llegado a Marseilla aun.
Pero usted si llego ahí para hacer unos arreglos a la edición del libro sobre la situación en Guatemala del “Tribunal de los pueblos” (minuto 5:07 de la video) y la acuarela que aparece en la portada de esta edición es de Manuel estábamos ese día donde el en el apartamento del Bulevar de la republica era un apartamento en el quinto piso sin ascensor y es donde usted le propone utilizar esta acuarela como ilustración de la portada del libro. No quiero por lo mas sagrado tener un propósito que no sea bien comprendido y es por eso que ilustro este comentario con lo que dice Aznavour sobre la vida de los latinos en las capitales europeas.
La bohemia Charles Aznavour
Bohemia de París Alegre, loca y gris De un tiempo ya pasado En donde en un desván
Con traje de can-can Posabas para mí Y yo con devoción Pintaba con pasión
Tu cuerpo fatigado Hasta el amanecer A veces sin comer Y siempre sin dormir
La bohemia, la bohemia Era el amor, felicidad La bohemia, la bohemia Era una flor de nuestra edad
Debajo de un quinqué La mesa del café Felices nos reunía Hablando sin cesar
Soñando con llegar La gloria a conseguir Y cuando algún pintor Hallaba un comprador
Y un lienzo le vendía Solíamos gritar Comer y pasear Alegres por París
La bohemia, la bohemia Era jurar, te vi y te amé La bohemia, la bohemia Yo junto a ti, triunfar, podré
Teníamos salud Sonrisa, juventud Y nada en los bolsillos Con frío, con calor El mismo buen humor
Bailaba en nuestro ser Luchando siempre igual Con hambre hasta el final Hacíamos castillos
Y el ansia de vivir Nos hizo resistir Y no desfallecer
La bohemia, la bohemia Era mirar amanecer La bohemia, la bohemia Era soñar con un querer
Hoy regresé a París Crucé su niebla gris Y lo encontré cambiado Las lilas ya no están
Ni suben al desván Moradas de pasión Soñando como ayer Rondé por mi taller
Mas ya lo han derrumbado Y han puesto en su lugar Abajo un café-bar Y arriba una pensión
La bohemia, la bohemia Que yo viví, su luz perdió La bohemia, la bohemia Era una flor y al fin murió

La bohemia suya y la de Manuel son semejantes y las encuentro en esta canción. Se recuerda que con Bernadette mi esposa y mi hijo lo fuimos a visitarlo a Madrid, usted vivia en la calle de Lourdes Llevábamos la mascota de mi Chepito un conejo y, por no dejarlo en el camping car, lo subimos a su apartamento y el maldito conejo se escondió y lo perdimos varias horas. Entre otras cosas cuando le conté a Bernadette que usted se había escapado de este mundo me dijo…. ¿ Estas triste verdad? y con el mismo tono de voz dijo Yo también!
Se recuerda que usted actuaba en una tropa que iba a los pueblos alrededor de Madrid a presentar una obra que se llama “La venganza de don Mendo”. ¿Y qué días después fuimos a la piscina donde usted amenizaba el día como payaso rodeado de niños? Me recuerdo que su cómplice de actuación era una chica argentina muy simpática, por cierto. Creo que ella había confeccionado los trajes de escena que usaban. ¿Comprar era caro verdad ?
Se recuerda que usted vino a Toulouse para acompañar a Beatriz durante los momentos difíciles del fallecimiento de Manuel. Que le hicimos un velorio digno de un guatemalteco lejos de su amada patria. Se recuerdaque contamos historias de nosotros como sudakas y tambien del amor que Manuel expresaba a sus charlas a los guatemaltecos y que empleaba el calificativo de guatemaludos para nomrarlos. Esa noche contamos chistes, reímos, tomamos vino; por cierto, el vino no era bueno, pues era el único que nuestra bohemia nos permitió comprar. Ya, llegando la luz del día, comenzaba a hacer frío y usted me dijo: « Chepito, Manuel estuvo contento de haber tenido un verdadero velorio de su amada Guatemala ».
¿Se recuerda de Rudy Cotton? ¿Se acuerda que él fue un compañero fiel con Manuel en los últimos días de vida de nuestro poeta? Lucky y Rudy siempre inseparables ¿Y se recuerda que el nombre del primer hijo de Rudy se llama Sebastián? ¿Se acuerda que estaba ese día el yerno de Amadeo Garcia con Mirtala, su esposa? Creo que el que regresaba de África era galeno y trabajaba por médicos del mundo. Qué bohemia la suya, mi querido Roberto. ¿Se recuerda que cuando le hicieron el homenaje a nuestra escritor usted vino de España rascando las gavetas para conseguir la plata del pasaje? Haaaa qué bohemia! Me acuerdo de que durante la cremación pusieron la grabación de una conferencia de Manuel.

Unos días después de esto y de su regreso a España, usted viene de nuevo a Albi por la inauguración de la sala de cine ”Manuel José Arce”. No se preocupe, no voy a extenderme; solamente le traigo un recuerdo de ese día. Estábamos en un café enfrente del centro cultural de Albi y en un momento entra a tomar un café Jaime Días Rozzoto. Me recuerdo que él estaba previsto en la inauguración. Bueno, el hecho es que entra a tomarse un café, yo se lo presento. Ustedes hacen recuerdos de tantas cosas, y Jaime le pregunta de cuál es su actividad, en resumen, de qué vive.
Usted le cuenta su bohemia, publicidad, pasiones en el cine, teatro, y termina con: « Y hago el payaso en una piscina de Madrid amenizando las tardes de los niños ». Jaime le lanza una mirada de ternura y le dice: « -Que lindo, debe de ser bello cuando usted la hace de payasito ».Ya saliendo para la inaguracion del teatro Jaime le dice al tenanciero ¿Cuanto le deben los muchachos? y pago la cuenta.

Quizás Jaime comprendió a Roberto y de su bohemia, la mía, la de Manuel, la de Gómez Carrillo, y quizás tuvo un recuerdo de la suya propia.
¿Sabe…? Muchos años pasaron; nos vimos en Guatemala. Me invitó a una presentación ahí por Antigua; ni intenté llegar, no tenía el deseo de darme una gran pérdida en un lugar de Guatemala que yo ya no conocía. Años después nos vimos en Cannes; era por el periodo del festival de cine, usted vino para la presentación de una lica de por allá. No le agradezco la invitación que no me dio para ver la película. Recuerdo que me contó que esa noche de presentación, al terminar la función, se fue a una discoteca y que estuvo bailando al lado de Michael Jackson… Mi querido Roberto, que le vaya bien. Me saluda a Manuel, a Camilo, “El explosivo”, como le decía Manuel, y a otro payasito, David Barahona, y a Jaime Díaz. Pero No le diga ni pura mierda a M. A. Asturias ni a Carrillo de todas maneras no los conoci asi que a chingar a otro velorio.